¿Qué sientes cuando escuchas CONAMED o Comisión Nacional de Arbitraje Médico? Tema serio, ¿verdad? Cada vez resuena más el tema de la seguridad del paciente, sobre todo en las últimas dos décadas.
Los pacientes se han empoderado al conocer sus derechos ante un profesional de la salud; es decir, pueden y tienen derecho a defenderse contra ti. Y es que, con la mecanización del día a día en el consultorio, aumenta la probabilidad de que pierdas detalles de servicio y calidad en la atención de la salud.
Seguimos con la CONAMED. En su última publicación de quejas registradas en México, durante el periodo 2002-2017 se recibieron 2138 quejas en Odontología y especialidades. Prostodoncia, con mayor porcentaje de quejas (41.1%) y en segundo lugar Ortodoncia, con 298 quejas que representan el 13.9%. ¿Qué crees? lo relacionan con la expectativa del paciente durante y al final del tratamiento. Las expectativas siempre dándonos noches sin dormir.
Las razones específicas de las quejas son las siguientes:
Todo esto llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a impulsar desde 2004 la “Alianza Mundial por la Seguridad del Paciente” y a hacer protocolo de atención con consideraciones a tomar en cuenta antes de tocar tierra con tu paciente.
Sí, equivocarse de paciente es posible. Al llamar al "siguiente", alguno pudo pasar antes que otro, no escuchar bien su nombre o estar ausente aquel al que se llamó. Verifica la identidad antes de cualquier procedimiento: datos generales, nombre, número de afiliación o de expediente, fecha de nacimiento o antecedentes personales patológicos del paciente. Ante cualquier duda solicitar una identificación personal, carnet de citas o la credencial de elector y llámalo siempre por su nombre.
Conoce las personalidades de pacientes en odontología con este artículo.
Esencial como en toda relación, como bien dicen por ahí. Decirlo antes del tratamiento es prevención y decirlo después suena a excusa. Habla con el paciente sobre su historial médico y cualquier medicamento que esté tomando, esto incluye conocer el Protocolo de notificación de eventos adversos medicamentosos, así que estás a tiempo de darle una buena leída. Explica cada paso del proceso y asegúrate de que el paciente esté claro en todo momento. Recuerda, el consentimiento informado concluye formalmente esta comunicación efectiva.
El Protocolo de Notificación de Eventos Adversos Medicamentosos es un conjunto de normas y procedimientos establecidos para la detección, evaluación, reporte y seguimiento de las reacciones adversas que pueden presentarse tras la administración de un medicamento o vacuna.
Su objetivo principal es proteger la salud pública mediante la identificación de riesgos asociados a los medicamentos y la implementación de medidas para prevenirlos o minimizarlos.
Cualquier persona que tenga conocimiento de un posible evento adverso a un medicamento, incluyendo:
Manejar bien las dosificaciones (si no las recuerdas acude a la bibliografía), y la seguridad del tratamiento de acuerdo con las características y antecedentes personales de los pacientes. Manejo de procedimientos en casos de urgencia, ubicación, etiquetado, resguardo de medicamentos, fecha de caducidad, evitar el relleno de porciones de materiales o medicamentos en envases diferentes a los originales.
Aplica para cualquier especialidad, sobre todo cuando son varios profesionales quienes efectúan los procedimientos o se canaliza al paciente para su adecuada atención por otros especialistas. Confirma siempre la radiografía e interconsulta escrita, que es mejor tener a no tener.
La esterilización y desinfección son fundamentales para prevenir la propagación de enfermedades. Después de cada uso y los materiales desechables, desecharse correctamente. No dejes que los malos hábitos vivan en tu consultorio.
1. Lavado de manos:
2. Uso de barreras protectoras:
3. Esterilización y desinfección:
4. Eliminación segura de residuos:
5. Mantenga un ambiente limpio y ordenado:
Las caídas son una de las causas más comunes que generan lesiones y daños en los pacientes. Puede ocurrirr que las instalaciones sean riesgosas por el tipo de piso, la falta de elementos de apoyo para el tránsito de adultos mayores o pacientes de capacidades diferentes y por consultorios ubicados en pisos de arriba, sin elevadores disponible para quien lo requiera.
Los dentistas deben tener un plan de emergencia en su lugar y estar capacitados para situaciones de emergencia, como una reacción alérgica a la anestesia o un ataque de asma. Algunos consideran que los dentistas deben tener acceso a un desfibrilador para poder manejar cualquier situación de emergencia. Si no tienes el alcance mínimo te recomendamos actualizar tus conocimientos en primeros auxilios cada 6 meses.
El Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos publicó en 1999 el informe To Err is Human: Building a Safer Health System Institute of Medicine (“Errar es humano: construir un sistema de salud más seguro”), donde está justificado errar hasta científicamente pero seguramente nadie quiere estar en una queja por pacientes de ningún tipo.
Más que evitarlo, se trata de minimizar el riesgo de daño al paciente en el tratamiento dental. Aunque sea una recomendación que resuena desde el inicio de nuestros tiempos en la universidad, la seguridad del paciente es además una obligación ética que mejora la seguridad legal de los estomatólogos, disminuye las reclamaciones y mejora las noches de sueño para el odontólogo.
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Fuentes de consulta: